Juanito Valderrama es uno de los cantantes que más temas taurinos tiene en su repertorio. Además de gran aficionado a los toros, era amigo de toreros de distintas épocas pues, su carrera dilatada carrera sobre los escenarios y sus constantes giras por pueblos y ciudades en feria, le permitían acudir a las distintas plazas y hacer amistad con los toreros. El tema que hoy nos ocupan, como reza en el disco en que aparecieron, editado por la compañía discográfica "Columbia" en el año 1958, es un "romancillo taurino por tientos" que lleva por título "El maletilla", original de los letristas Ochaíta y Valerio con música del maestro Juan Solano. Es una sentida pieza que habla de los maletillas que se lanzaban como espontáneos en medio de una corrida para llamar la atención y tratar de conseguir una oportunidad para poder torear. Estos personajes, en la "humanizada" fiesta de los toros del siglo XXI, no sé si para bien o para mal, ya no tienen cabida y han desaparecido, aunque grandes toreros que en la historia han sido comenzaron su carrera de esa forma, pero... a lo que estamos, que eso es harina de otro costal. Quede aquí esta pieza que nos interpreta Juanito Valderrama, que lo borda, como muestra y homenaje a esos personajes de otra época, los maletillas, que lo abandonaban todo y se embarcaban en un viaje, muchas veces sin retorno, con la ilusión y la finalidad de ser figuras del toreo. Vídeo alojado en el canal "JohannMoreno".
EL MALETILLA
Ochaíta - Valerio - Solano
Arríen la bandera de la plaza,
apaguen ese sol que arriba arde,
que yo no quiero ver qué es lo que pasa
si sale el tercer toro de la tarde.
Quisiera no mirarlo y ya le veo,
oculto entre la gente al chavalillo
que sueña con la gloria del toreo
y ciego va a saltar,
va a saltar hasta el anillo.
Por Dios, señor presidente,
por Dios, por Dios no saque el pañuelo,
que aunque el chiquillo es valiente
pué haber, pué haber un día de duelo.
Se lo están pidiendo a usía
cuando el miedo las agobia
dos mujeres aflijías,
una madre y una novia,
ay, que cuchillo de duelo,
por Dios señor presidente,
por Dios. por Dios no saque el pañuelo.
Sonó el clarín y el toro está en la arena
y al ruedo se ha tirao el maletílla,
que empieza temerario la faena
citándolo en un pase de rodillas.
La plaza es un fanal de azul y oro
y un grito lo rajó como un cuchillo
y al ver entre los cuernos de aquel toro
vencío por la muerte, por la muerte al chavalillo.
Por qué señor presidente,
por qué, por qué sacó usté el pañuelo,
la sangre de aquel valiente sembró,
sembró un clavel en el suelo.
Y están viendo su agonía
cuando el miedo las agobia
dos mujeres doloridas,
una madre y una novia,
ay, que cuchillo de hielo,
por qué, señor presidente,
por qué sacó usted el pañuelo.